Una vez que tienes el diagnóstico y has pasado por los diferentes profesionales, como pueden ser pediatras, neuropediatras, neuropsicólogos, psicólogos, psiquiatras, logopedas… comienzan las entrevistas y pruebas para evaluar si tiene o no tiene TEA, cientos de pruebas estandarizadas (recomendable haber sido diagnosticado a través de las pruebas ADI-R y ADOS-G), pruebas médicas para diferenciar qué es lo que mi hijo/a tiene (potenciales evocados, epilepsia, Síndrome de la X Frágil) y después de todo esto, llega por fin el diagnóstico.

Según el DSM-V el Trastorno del Espectro Autista se clasifica según tres niveles o grados en relación con la presencia de los criterios recogidos, los cuales configuran, el concepto de espectro de dicha categoría, que va desde el grado/nivel 1 (menor intensidad y menor incidencia de los apoyos necesarios) hasta el grado o nivel 3 (máxima gravedad y máximo nivel de cobertura de los apoyos) en relación a las dos dimensiones.

Esta tabla te ayudará a entenderlo:

Las siguientes preguntas que más os atormentan son, ¿qué tipo de intervención sigo? ¿Pública o privada? ¿Qué profesional? ¿Cuánto deben durar las sesiones?

Podemos encontrar infinitos tipos de intervención como la musicoterapia, la terapia asistida con animales, biomédica, cognitivo-conductual, psicodinámica, método Tomatis, integración sensorial, dieta sin gluten ni caseína… entre otras. Tanta tipología puede marearos y es normal. Todas ellas aseguran que obtienen buenos resultados pero es imposible poderlas hacer todas, tanto por el coste como por el tiempo…

Yo siempre recomiendo lo mismo: “Debes guiarte por los estudios científicos que demuestran que, la intervención basada en la línea cognitivo-conductual es la más efectiva”.

Esto no quiere decir que las otras intervenciones no sean recomendables. Lo que quiero dejar claro es que en caso de que alguna familia se esté planteando el hacer alguna otra, deberían de mirarlo como un complemento de la intervención cognitivo-conductual. Reducido el tipo de intervenciones apropiadas, también nos vamos a encontrar con una diversificación de programas de actuación: ABA, TEACCH, Lovaas, Conducta Verbal…, todas parten de la misma base y tienen muchos puntos en común. 

Hay que prestar mucha atención a la intervención ya que debe de acoger todas las áreas del desarrollo (intervención integral), generalización de los aprendizajes y formación a las familias. Mi filosofía es poder trabajar con todo el equipo, desde sus profesores, pasando por su psiquiatra, hasta sus  profesoras de apoyo… Ya que entre todos formaremos el equipo perfecto para tu hijo/a.

Mis tareas no sólo se centran en programar o pautar programas o actividades a trabajar con vuestro/a  hijo/a durante la intervención, sino que  me comprometo a ayudaros con vuestras dudas y a “coordinarme” en la medida de lo posible con los diferentes profesionales o ámbitos en los que vuestro/a hijo/a se sitúa, por ejemplo: la escuela, el psiquiatra, el logopeda o incluso la/el canguro…

Esto no quiere decir que las otras intervenciones no sean recomendables. Lo que quiero dejar claro es que en caso de que alguna familia se esté planteando el hacer alguna otra, deberían de mirarlo como un complemento de la intervención cognitivo-conductual. Reducido el tipo de intervenciones apropiadas, también nos vamos a encontrar con una diversificación de programas de actuación: ABA, TEACCH, Lovaas, Conducta Verbal…, todas parten de la misma base y tienen muchos puntos en común. 

Hay que prestar mucha atención a la intervención ya que debe de acoger todas las áreas del desarrollo (intervención integral), generalización de los aprendizajes y formación a las familias. Mi filosofía es poder trabajar con todo el equipo, desde sus profesores, pasando por su psiquiatra, hasta sus  profesoras de apoyo… Ya que entre todos formaremos el equipo perfecto para tu hijo/a.

Mis tareas no sólo se centran en programar o pautar programas o actividades a trabajar con vuestro/a  hijo/a durante la intervención, sino que  me comprometo a ayudaros con vuestras dudas y a “coordinarme” en la medida de lo posible con los diferentes profesionales o ámbitos en los que vuestro/a hijo/a se sitúa, por ejemplo: la escuela, el psiquiatra, el logopeda o incluso la/el canguro…